martes, 26 de noviembre de 2013

Días de vino y rosas

 a conseguido  que su Hidalgo se desquicie. Aquellos hermosos días en los que ambos disfrutaban de su estrenado enamoramiento, cuando  el vino despertaba  el paladar del amor con su sabor ,y encendía la pasión con su brillante color rojo , cuando las rosas exhalaban fragancias que tientan la carne, y que hacían sus espinas sedosas…..,sobraban motivos para justificar un encuentro entre los dos.
 Esos días de vino y rosas han pasado. Sí…, aquellos días en que descubrían los secretos que escondían tanto ella como él . No importaba que el otro no fuera perfecto…, todo era gustar  e impresionar al otro, y los defectos no se querían ver. Se hacían confidencias y comentaban todo aquello que les inquietaba en sus vidas. No existían reproches , todo era armonía,…. qué bonito….
Hace tiempo  todo fué cambiando..…
Ella reprochaba y criticaba una y otra vez la actitud de él . Decía que no tenía  iniciativa ,que no la apoyaba . También decía  que a él le daba igual todo , y lo peor….que se avergonzaba de él.
Él no se cansaba de repetir una y otra vez , que  la apoyaba ,que tenía  iniciativa de sobra .No entendía porque ella se empeñaba en criticar todo lo que hacía , cuando lo que quería él era agradarla y no discutir.
Pero el vino se hizo  agrio , y las rosas pinchaban…., el Hidalgo sintió dolor en su corazón triste e incomprendido, y se despidió de Dulcinea.
Atrás quedaban…. días de vino y rosas…..


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